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Híbrido enchufable de Mercedes-Benz - Mito 3

Fuente: AutoMotoTV (Glomex)

Un híbrido enchufable es demasiado complicado para la vida cotidiana. Aquí también podemos demostrar lo contrario, conduciendo un E 300 y Station Wagon: un coche práctico y fácil de usar. Las palabras clave son su capacidad para predecir lo que ocurre en la conducción y una lógica de intervención inteligente. La prueba se llevó a cabo en una ruta de 72 km, en modo de viaje 'Confort' con el navegador configurado en el destino. La autonomía eléctrica restante fue de 27 km, con la batería al 60% de carga. Conducir en la ciudad solo era eléctrico. Al entrar en la autopista, arrancó el motor de combustión interna y, gracias al sistema de navegación inteligente, el sistema operativo supo que faltaban 52 km desde la meta. Para ello, entró en el modo conservador de la energía restante, para utilizarla a su regreso a la ciudad. Al acercarse a un automóvil frente a nosotros a un ritmo más lento en la carretera, el sistema lo detectó y tan pronto como usted levantó el pie del acelerador, el automóvil desaceleró, ingresando al modo de recuperación de energía. En una carretera fuera de la ciudad, el sistema gestiona los dos motores, endotérmico y eléctrico, de la forma más eficiente, de forma automática y relajante para el conductor. Lo mismo ocurre con las señales de límite de velocidad. En cuanto se detectan y el conductor levanta el pie, el sistema frena el coche hasta que llega al límite, recuperando energía para recargar la batería. Un sistema inteligente y predictivo que se familiariza de inmediato con el conductor, garantizando una conducción relajada y racional

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